miércoles, octubre 26, 2005

Estampas Burocráticas I



Escena: Oficina de alto nivel en la administración pública. Un jueves cualquiera, 21:45 horas.
Personajes:
Horta: nuestro héroe local
Lic. Peralta: capataz de Horta
“El Jefe”: entidad cuasimetafísica que siempre ordena algo urgente, pensando, según él, en evitar las crisis constitucionales de la República.

Lic. Peralta: Horta, tenemos un bomberazo, ven a mi oficina rápidamente.

Horta (siempre dispuesto): Sí, Lic., ahorita voy.

Horta se dirige presuroso. Agitado, atiende instrucciones.

Lic. Peralta (visiblemente alterado): Mira, Horta, El Jefe me ha pedido que preparemos (kimosabi) tarjeta urgente dirigida al Primer Ministro, en la que debemos explorar “todos y cada uno de los escenarios políticos y jurídicos” (¡!), que pueden ocurrir en el caso de la defenestración pública del “Pescado” Gómez.

Horta: P-p-pero Señor, es demasiado arriesgada la maniobra, tenemos la opinión pública en contra. ¿El Primer Ministro está de acuerdo? ¿Ya consideraron los riesgos? Además, son casi las 10 de la noche, y los del Departamento de Consultas Necesarias ya se fueron.

Lic. Peralta (ya encabronado): ¡¡¡No me importa, el Primer Ministro ya tomó la decisión, se aplicará la ley, caiga quien caiga, y está esperando la tarjeta ahorita…, te estoy pidiendo que la hagas túuuu.!!!

Rápidamente, nuestro héroe local prepara la nota solicitada. Pone en práctica sus conocimientos en derecho constitucional, sus lecturas de editoriales de periódicos extranjeros y, sobre todo, algunos capítulos de The West Wing. Asimismo, pide una Coca de dieta y encarga a su joven ayudante, el licenciado Gutiérrez Huitrón (52 años), que saque unas tesis del IUS.

Dos horas más tarde, Horta termina el trabajo. Contempla su obra, y ve que es buena. Piensa – ingenuo – que una vez más, ha salvado a la Nación.

Horta: Listo, Lic., está terminada. ¿Vamos a pasar a acuerdo con el Ministro de Justicia?

Lic. Peralta (indiferente): No, Horta, ya no es necesario.

Horta: ¿P-p-por qué?

Lic. Peralta (a punto de retirarse): Lo siento, el Ministerio del Interior se nos echó para atrás, y convenció al Primer Ministro que esta acción socava las instituciones democráticas. Por lo tanto, no vamos a tocar al “Pescado”.

Horta sale totalmente disgustado. Son las 12:00 A.M. y se da cuenta, una vez más, que su trabajo no ha servido de nada. En un plano atrás, aparece “El Jefe”, acompañado de sus guardaespaldas “El Califa” y “El Nene”, soltando una carcajada, pues está feliz de irse de la oficina. Después de haber dormido en su privado por 2 horas, alegre y locuaz, se dirige a la cena que tendía agendada con el personal diplomático acreditado en la República.

Horta se dirige a su casa, exhausto. Se va a la cama sin cenar.

3 Comments:

Blogger Manelich Castilla Craviotto said...

Bueno, eso de que no sirvió para nada tu trabajo de media noche, leyendo tu post, queda anulado.

Imagino perfecto al jefe, preocupado hasta la madre por colocar el último As del Solitario en el monitor, mientras usted revisaba minuciosamente sus fichas desde Ulpiano hasta García Ramírez.
Un abrazo

9:50 a.m.  
Blogger Israel G. Delgado said...

Ya seremos jefes y mandaremos sin cenar a muchachos decentes. A ver de a cómo nos toca.

11:05 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

jajajajaja muy bueno eh k, TE FELICITO!!!!!

4:19 p.m.  

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