Intensa movilización policíaca... el concierto de INTERPOL
But you're so cute when you're frustrated, dear
Yeah, you're so cute when you're sedated, oh dear
Jamás he podido negar, de una manera más o menos creíble, mi fascinación por las nuevas bandas de rock (es un decir) que surgen día con día. Bien podría ser una obsesión enfermiza por lo novedoso, pero ahora que lo pienso, no, no se trata de eso. Es algo un poco más íntimo.
En realidad, busco en esas canciones, en esa música, en esas letras, un botón específico, una palanca explosiva que detone nuevas emociones, o que al menos, me recuerde algunos viejos sentimientos que andan por ahí arrumbados. Por eso me gusta U2, porque tiene la precisa virtud de emocionarme, de conmoverme, y eso es lo que más busco, y eso es lo más me cuesta trabajo encontrar. Y mira que han desfilado por mis oídos, White Stripes, Pulp, Doves, Vines, Hives, Blur, (Oasis no, me cagan), Coldplay, o inclusive Radiohead, pero no, nada más no encuentro esos detonantes nucleares.
Por eso, no deja de parecerme extraño que INTERPOL me guste tanto, porque, mira tú, es una banda totalmente anti emotiva; es la antimateria de las emociones. Porque escucharla me produce una dulce decadencia, una ligera depresión en la que de pronto me encuentro cómodamente instalado, que se te mete por las venas, así… suavecito. O quizás por eso me guste, porque, en términos generales, es la música que combina perfectamente con el desencanto del tipo huraño, poco amable, que realmente soy (este último comentario, con copia para Madame López).
Y pus bueno, detalles técnicos del concierto sobran: el muy talentoso bajo de Carlos Denler, con problemas de ecualización; la tarola de Sam, un poco brincona; la guitarra de Kessler, magnífica, y finalmente, la guitarra de Paul, con algunos problemas a la mitad del concierto, pero su voz, bastante buena. La selección de canciones fue también buena, pero, como siempre, faltó una: C’mere. Las más brillantes: PDA y Public Pervert. La asistencia, un poco de todo: wannabes del vocalista; desubicado individuo cometiendo delito de portación de playera prohibida… ¡una de Velvet Revolver!; chicas guapas con peinados chafas; chicas chafas con peinados chafas; una hermosa roquera con lentes de pasta, tan cerca y tan lejos de mi; una mini playera de INTERPOL para Leonardo, adquirida de último minuto; nacos que consumen ICEE de limón y papas con salsa, minutos antes del concierto (parecía que iban a un partido necaxa – atlante), etc. LO PEOR: definitivamente, el grupo abridor, Los Dynamite, urge que se dediquen a otra cosa.
Yeah, you're so cute when you're sedated, oh dear
Jamás he podido negar, de una manera más o menos creíble, mi fascinación por las nuevas bandas de rock (es un decir) que surgen día con día. Bien podría ser una obsesión enfermiza por lo novedoso, pero ahora que lo pienso, no, no se trata de eso. Es algo un poco más íntimo.
En realidad, busco en esas canciones, en esa música, en esas letras, un botón específico, una palanca explosiva que detone nuevas emociones, o que al menos, me recuerde algunos viejos sentimientos que andan por ahí arrumbados. Por eso me gusta U2, porque tiene la precisa virtud de emocionarme, de conmoverme, y eso es lo que más busco, y eso es lo más me cuesta trabajo encontrar. Y mira que han desfilado por mis oídos, White Stripes, Pulp, Doves, Vines, Hives, Blur, (Oasis no, me cagan), Coldplay, o inclusive Radiohead, pero no, nada más no encuentro esos detonantes nucleares.
Por eso, no deja de parecerme extraño que INTERPOL me guste tanto, porque, mira tú, es una banda totalmente anti emotiva; es la antimateria de las emociones. Porque escucharla me produce una dulce decadencia, una ligera depresión en la que de pronto me encuentro cómodamente instalado, que se te mete por las venas, así… suavecito. O quizás por eso me guste, porque, en términos generales, es la música que combina perfectamente con el desencanto del tipo huraño, poco amable, que realmente soy (este último comentario, con copia para Madame López).
Y pus bueno, detalles técnicos del concierto sobran: el muy talentoso bajo de Carlos Denler, con problemas de ecualización; la tarola de Sam, un poco brincona; la guitarra de Kessler, magnífica, y finalmente, la guitarra de Paul, con algunos problemas a la mitad del concierto, pero su voz, bastante buena. La selección de canciones fue también buena, pero, como siempre, faltó una: C’mere. Las más brillantes: PDA y Public Pervert. La asistencia, un poco de todo: wannabes del vocalista; desubicado individuo cometiendo delito de portación de playera prohibida… ¡una de Velvet Revolver!; chicas guapas con peinados chafas; chicas chafas con peinados chafas; una hermosa roquera con lentes de pasta, tan cerca y tan lejos de mi; una mini playera de INTERPOL para Leonardo, adquirida de último minuto; nacos que consumen ICEE de limón y papas con salsa, minutos antes del concierto (parecía que iban a un partido necaxa – atlante), etc. LO PEOR: definitivamente, el grupo abridor, Los Dynamite, urge que se dediquen a otra cosa.
Hay un detalle de esta noche que me pareció inquietante: docena y media de canciones, unas escasas palabras en español del vocalista, y un juego de luces sumamente simple, producen lo que para mi era inconcebible con INTERPOL: 10000 mexicanos brincando, emocionados, festejando. Yo, en cambio, preguntándome, perplejo, cuál es el maldito motivo de la alegría, mientras tanto me dejo envenenar, cierro los ojos, me pongo las pantuflas, y feliz, me echo a dormir en los doscientos sofás que están disponibles para mi.
6 Comments:
COOL!!!!!!!!!!!!
Ps pedí de limón porque no había del azul; las papas estaban medio rancias. Ni pex, pero me la pasé muy bien.
Excelente texto, me cae que tenemos muchas cosas en común, (Interpol no es una de ellas), pero soy un nostálgico de los sonidos que significan editoriales completas, como esa guitarra de U2...
Saludos y no tardes tanto en escribir.
linda reseña, el final, lo mejor.
Espero que vuelvas a escribir pronto porque descubrí hoy tu blog y ya es cuatro de octubre y no pones nada nuevo. Entonces ojalá vuelvas a escribir.
Pues la verdad es que las recuerdos con las canciones de U2 a la mía memoria también vienen y en verdad canto alguna que otra canción, sobre todo por que mi inglés es chafón. Pero a comparación tuya U2 no es mi neta. Y todas las otras que mencionaste, con excepción de Coldplay, me gustan mucho más y me provocan esa sensación en donde si tienes la oportunidad de verlos en un escenario, gritas, brincas y bajita la mano estas viendo las tetas y culos de las chicas esas buenotas que van a los conciertos. En verdad importa su peinado. Ah y los Dynamites a mi si me pasan un resto, que ya saquen su pinche disco
Luego de leer tu post conseguí algo de interpol para saber de qué hablabas. Luego de escucharlos lei tu blog para saber de qué hablabas. Luego de leer tu blog me deprimí porque no supe de qué hablabas. Ni pedo, mai, gustos demasiado divergentes. Admiro, eso sí, tu habilidad para hablar bien de ese grupo. Saludos y está chido.
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