Lluvia
Recuerdo con placer aquellos fuertes aguaceros que acompañaban mi cascarita futbolera. A la (no tan) tierna edad de 9 años, no había algo mejor que un gol gana, con marcador 12 – 11 favorable a mi equipo, y el cielo cayéndose a cántaros. La lluvia me hacía sentir que había ganado el Mundial de fútbol, en el emblemático Wembley, y poco importaba que el equipo contrario fueran mis vecinos que me caen gordos.
Otra clase de lluvia, aquélla ligera y constante que cuando te das cuenta te ha empapado por completo, me hacía divagar con mis novias imaginarias en aquél salón 26 de la secundaria. La aburrida clase de matemáticas era sustituida por mis sueños proto eróticos con alguna de las veintitantas niñas que debutaban en un colegio que tradicionalmente había sido de varones.
Hoy, las gotas de agua que caen como racha esporádica que va y viene, me hacen sentir un poco viejo. No porque me enoje por el tráfico caótico que causan en la ciudad, sino porque ahora me empiezo a acordar de aquellos goles de coladerita que anotaba, y sobre todo, de aquella niña a la que nunca me atreví a hablarle.
Otra clase de lluvia, aquélla ligera y constante que cuando te das cuenta te ha empapado por completo, me hacía divagar con mis novias imaginarias en aquél salón 26 de la secundaria. La aburrida clase de matemáticas era sustituida por mis sueños proto eróticos con alguna de las veintitantas niñas que debutaban en un colegio que tradicionalmente había sido de varones.
Hoy, las gotas de agua que caen como racha esporádica que va y viene, me hacen sentir un poco viejo. No porque me enoje por el tráfico caótico que causan en la ciudad, sino porque ahora me empiezo a acordar de aquellos goles de coladerita que anotaba, y sobre todo, de aquella niña a la que nunca me atreví a hablarle.
6 Comments:
Es rica la lluvia, es algo que me encanta, de los pocos placeres que me da la vida, es algo relajante, se me hace bastante romántico, y que me llena de recuerdos, desde pequeña siempre me gustó y aun no pierdo la emoción de salirme a mojar, bueno, he de decir que donde vivo llueve poco, tal vez por eso la emoción jejejeje, pero no, en puebla en épocas de lluvias llueve con ganas, y me encantaba, aunque a veces si ponía cara cuando me tocaba al salir de la uni, ya que eso implicaba llegar escurriendo a casa, pero aun así nada más confortante que un baño de agua caliente después de una mojada, tampoco nada mejor que ver una buena película, de preferencia romántica, abrazada a alguien que te hace piojito mientras afuera llueve, eso es excelente, u oir cómo caen las gotas mientras duermes, eso arrulla bastante, hace que duermas relajado, bueno, hablo de lluvias a secas, cuando ya vienen incluidos rayos es otro boleto, me gustan mucho, se me hacen excitantes, pero no por eso dejo de sentir nervios o deja de ponerse la piel de gallina al escuchar uno, pero definitivamente el destello de luz que sucede antes es algo indescriptible... y si, en efecto, a veces deprime la lluvia, y se pone uno nostálgico, pero en mi caso no es la mayoría de las veces...
Pues a mi la lluvia es algo que ni me va ni me viene, solo recuerdo dos tipos de lluvias que me caen muy mal: la lluvia moja pend... esa que cae poquito a poquito causando muchos desastres en la ciudad como el maldito trafico que pase hoy en la mañana, la cual genero que no llegar a tiempo al trabajo (claro llegue antes que tu jajajaja) y bueno como olvidar esos grandes aguaceros, cuando mi padre me castigaba el automóvil y tenia que utilizar el transporte publico causando esto que me pusiera unas empapadas que de verdad me hacían enfadar. recuerdo aquel manchado cuando estabas esperando a que llegara el transporte y de repente pasaba por el charco que se hacia en la orilla de la calle, generando que se formara una gran ola de agua puerca que terminaba en mi cara.
yo creo que lo único bueno de la lluvia es que cumple una etapa del ciclo pluvial je.
Hasta luego amigo Horta.
Portillo.
Mis sentimientos por la lluvia los plasmé una noche en mi blog. Tu amigo Israel me mató diciendo que agradezca que no vivía en uno de esos países donde todo el tiempo llueve...
Daría todo por revivir los tochitos bajo el agua con mi bandita de niños de Copilco.
Un abrazo
Manelich:
El único que debería agradecer el hecho de no vivir en un país tipo Inglaterra, es una de los tipos más nenas que he conocido: El mismísimo Tom. A ese wey le llueve tantito en la calva, y le da una bronconeumonía de una semana en cama. Eso lo explica (casi) todo.
Doble abrazo
Recuerdo haberte visto, saludado y cruzar un simple hola y adios. Conocidos (y un par de amigos)en común eran la liga para alguna vez mirarte y darme cuenta que eres un buen tipo, de esos que, como en tu círculo de amigos, son un poco corrosivos y muy sarcásticos pero con justa razón y argumentos. Ahora que me encuentro con tu blog leo que no me equivoqué cuando pense lo antes dicho. Salu2 virtuales.
MMMM AL CASO DA LO MISMO AZUL, VERDE O MORADA, LO BUENO DE ESTOS ENCUENTROS ES QUE TE ENSEÑANA NO CONFIAR EL LAS MUJERES.
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